Una de sus últimas proezas es haber descubierto una partida de casi 32 kilos de cocaína. Y claro, pues la mafia está harta. De modo, que han puesto precio a la cabeza de Pocho;ofrecen 5.000 euros a quien acabe con él. Afortunadamente sigue vivo y va a poder seguir detectando drogas. Tiene 9 años, no es un cachorro, es un Jack Russel Terrier, esa es su raza, y además de su fino olfato otra de las ventajas que tiene es que es muy pequeño y eso le permite meterse en lugares recónditos. Y no ha tenido una vida nada fácil. Vivía con un médico pero desarrolló una alergia que hizo que el médico tuviera que desprenderse de él. Acabó en la Policía y allí tiene un cuidador y entrenador que le premia con una galleta cada vez que descubre un alijo.
El nombre, Pocho, tiene una explicación futbolística: hace referencia al Pocho Lavezzi, un futbolista argentino de 33 años que ahora juega en China, ya en la etapa final de su carrera, pero que tuvo sus mejores años en el Nápoles.