Es la primera vez que la OCDE se centra en la comunidad LGTBI. Lo que constata en su estudio es la existencia de un techo de cristal en el ámbito profesional para quienes abiertamente reconocen ser lesbianas, gais, transexuales o bisexuales.
La discriminación sexual se traduce en que tienen un 7% de posibilidades de acceder a un empleo y cuando lo hacen ganan un 4% menos.
Las opciones de escalar a un puesto directivo también se reducen en un 11% y haber trabajado en el ámbito LGTBI penaliza a la hora de tener una entrevista de trabajo.
Pese a todo, y aunque queda camino por andar, según la OCDE, se está avanzando en visibilidad y aceptación. En los últimos siete años el porcentaje de quienes se definen como gays, lesbianas y bisexuales ha aumentado un 50%.
España -en el 7º puesto- aparece entre los países más tolerantes por detrás de Islandia o Dinamarca y por delante de Italia o Polonia.