En un comunicado, la Fiscalía y la Policía de Colonia dieron por terminado el operativo y concluyeron que "no hubo ningún peligro real" para el vuelo, que cubría la ruta entre Liubliana, la capital eslovena, y Londres. Los sospechosos eran tres británicos de 31, 38 y 48 años, empleados de una empresa del Reino Unido que habían estado en Eslovenia por motivos de trabajo.
Según la fiscalía y la policía, los interrogatorios y un análisis preliminar de los datos en sus teléfonos móviles no permitieron sustentar la investigación abierta por "sospecha de preparar un delito grave contra la seguridad del Estado". Ayer tarde, tras inspeccionar una mochila que había subido al avión uno de los hombres, los artificieros decidieron detonarla de forma controlada fuera de la aeronave tras detectar cables en su interior, aunque finalmente se ha comprobado que se trataba de cargadores y adaptadores para enchufes.
Según el relato de las autoridades, una pasajera alertó a la tripulación de la conversación sospechosa entre los tres hombres y testigos oculares señalaron que llevaban un libro con la palabra "Kill" (matar en inglés) y la imagen de un rifle. El capitán decidió alterar la ruta y aterrizar en el aeropuerto alemán, donde se estableció una área de seguridad.
Los tres hombres fueron detenidos por agentes de la policía federal y trasladados a una comisaría para ser interrogados. La policía, que no encontró datos en Alemania que los relacionaran con delitos con trasfondo político o religioso, inspeccionó el avión con perros adiestrados en detección de explosivos y a las 02.00 GMT consideró que estaba limpio.
Los alrededor de 150 pasajeros que iban en el vuelo fueron controlados y 17 de ellos, junto a la tripulación, fueron conducidos a comisaría para prestar declaración como testigos. Según explicó la policía, en el desalojo del aparato por medio de rampas de emergencia varios pasajeros resultaron levemente heridos y una mujer fue trasladada a un centro hospitalario, donde fue atendida ambulatoriamente. La emergencia obligó a desviar la ruta de varios aviones que tenían previsto aterrizar en el aeropuerto de Colonia-Bonn.