"El mundo y Europa necesitan más que nunca a Francia, una Francia fuerte que lleve alta la voz de la libertad y de la solidaridad, de una Francia que sepa inventar el futuro", subrayó el nuevo jefe del Estado durante la ceremonia del traspaso de poderes en el Palacio del Elíseo.
Añadió que el mundo espera de su país "la audacia de la libertad, la exigencia de la igualdad y la voluntad de la fraternidad", pero se enfrenta al hecho de que desde hace décadas "Francia duda de sí misma" y de los principios que la han construido.
Por eso, sus dos prioridades serán devolver a los franceses la confianza en ellos mismos y convencerles de que el país tiene "en sus manos todas las bazas que harán y que hacen grandes a las potencias del siglo XXI".
En el discurso, pronunciado poco después de que abandonara el Elíseo el presidente saliente,François Hollande, Europa ocupó un espacio importante y Macron prometió trabajar para "reforzarla y relanzarla, porque nos protege y nos permite proyectar nuestros valores en el mundo".
Hizo notar que "Francia sólo es fuerte si es próspera. Francia solo es un modelo para el mundo cuando es ejemplar".
El político socioliberal, el presidente más joven de toda la historia republicana de Francia (39 años), insistió en que no va a "ceder en nada" del programa que le ha llevado al poder.
Eso quiere decir que "se liberará el trabajo", se alentará la iniciativa privada, se privilegiarán "la creación y la innovación" y "se fortalecerá la solidaridad nacional" hacia quienes "se sienten olvidados" por los efectos de la globalización.
También hizo alusiones a la amenaza terrorista, al afirmar que "se amplificará todo lo que hace de Francia un país seguro, donde se puede vivir sin miedo" y prometió más medios para las fuerzas del orden y para los servicios secretos.
"Daremos juntos -argumentó- ejemplo de un pueblo que sabe afirmar sus valores y sus principios, los de la democracia y la República".
Macron rindió homenaje a los presidentes que le precedieron en la V República, y de su inmediato antecesor, François Hollande -al que había despedido minutos antes en el patio del Elíseo-, destacó que "fue precursor con el acuerdo de París sobre el clima y protegiendo a los franceses en un mundo golpeado por el terrorismo".