El presidente francés ha detallado sus conclusiones tras dos meses de debate y sus recetas para salir de la crisis de los chalecos amarillos.
Ha reconocido que en Francia hay un sentimiento de "injusticia social, fiscal, territorial" y, sin renegar de lo hecho en dos años, el presidente francés dice comenzar una "nueva etapa" de su mandato con un proyecto nacional que "cohesione".
"Frente a ese sentimiento de injusticia, debemos aportar una respuesta que coloque a la persona en el corazón de nuestro proyecto, más de lo que lo hemos hecho antes. Nuestro proyecto nacional debe ser más justo y humano para que cohesione y una", ha dicho.
Entre esas recetas, bajadas de impuestos a las clases medias para mejorar el poder adquisitivo a cambio de trabajar un poco más y reducir el gasto público.
También ha anunciado la simplificación del Referéndum de Iniciativa Compartida para que los ciudadanos que reclaman participar más en la vida democrática puedan cuestionar decisiones políticas y someterlas a plebiscito.