Macron quiere construir "una sociedad de la vigilancia" frente al terrorismo
El presidente francés, Emmanuel Macron, hizo un llamamiento al conjunto de la nación para construir "una sociedad de la vigilancia" frente al terrorismo yihadista, tras el ataque del pasado día 3 en el que cuatro funcionarios de policía fueron
asesinados por un compañero radicalizado.
Macron, que pronunció un discurso solemne en homenaje a esas cuatro víctimas en el mismo patio de la Prefectura de Policía en la que se produjeron los hechos, puntualizó que "la vigilancia no es la sospecha".
Pero en cualquier caso, pidió que todo el país se implique para detectar en el trabajo, en los centros escolares, en los centros religiosos o en lugares de la vida cotidiana los signos que evidencian "un alejamiento de los valores de la República".
Unas palabras que cobran un eco particular en el caso del ataque del jueves pasado, ya que el asesino, Mickaël Harpon, había dado signos de radicalización religiosa que sin embargo no fueron incorporados a su expediente, pese a que trabajaba como informático en la dirección de inteligencia de la Prefectura de Policía.
El jefe del Estado afirmó que se aclararán todos los extremos de esos hechos, se establecerán responsabilidades, "se hará justicia,como es debido" y se sacarán "todas las conclusiones".
Dijo que es "inconcebible, inaceptable" que un individuo con una ideología como la de Harpon hubiera podido trabajar en la Prefectura de Policía. Aseguró que "frente al terrorismo islamista, mantendremos una lucha sin descanso", que se incrementarán los medios humanos y técnicos de las fuerzas del orden, pero sin cuestionar las libertades públicas y "sin dividir la nación".
"No es en ningún caso una lucha contra una religión -añadió-, sino contra la perversión que conduce al terrorismo". Macron prometió a los familiares y allegados de los cuatro asesinados que "la República estará siempre a (su) lado".
Los cuatro funcionarios (Damien Ernest, Anthony Lancelot, Brice Le Mescam y Aurélia Trifiro) fueron condecorados por el ministro del Interior, Christophe Castaner, a título póstumo con la Legión de Honor, la más alta condecoración oficial en Francia.
Entre los numerosos miembros de la clase política que asistieron al homenaje estaban los dos anteriores presidentes de Francia, François Hollande y Nicolas Sarkozy, así como buena parte de los miembros del Gobierno y de las altas instituciones del Estado y los líderes de los grandes partidos políticos.
Antes de participar en la ceremonia, Castaner compareció a puerta cerrada ante la delegación parlamentaria que se ocupa de los servicios secretos. Sus miembros iban a preguntar al ministro sobre las informaciones personales de varias decenas de funcionarios de policía que tenía el asesino en un lápiz de memoria que se le requisó tras el ataque.
El presidente de esa delegación, el senador Christian Cambon, había anticipado que esperaban tener precisiones sobre cómo había conseguido Harpon esos datos, qué pretendía hacer con ellos y si se los había comunicado a terceras personas en el exterior.