El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pidió revisar "nómina en mano" la participación de los empleados públicos en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente prevista para el 30 de julio y que ha sido ampliamente criticada por la oposición y la comunidad internacional. "Todas las empresas, todos los trabajadores, con la nómina en mano, llamando uno por uno, esta semana y el día de la votación, a uno por uno. ¿Ya votaste? ¿Ya ejerciste tu derecho al voto? Muy bien", dijo Maduro desde el palacio presidencial de Miraflores.
El mandatario aseguró que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) pondrá en marcha un mecanismo de verificación de participación denominado "4X4" que incluirá llamadas a beneficiarios de programas sociales, personas inscritas en registros gubernamentales y trabajadores del sector privado. "Ya eso se activó, por lo menos son cuatro millones de trabajadores públicos de la administración centralizada y descentralizada, más varios millones de los sectores privados, sector comercial", prosiguió.
Afirmó que el chavismo estará el día de la elección "en todos los centros electorales, registrando el carnet de la patria", una suerte de censo creado este año para gestionar los programas sociales por la llamada revolución bolivariana, en el que se anotaron cerca de 14 millones de personas, según cifras ofrecidas por el Gobierno. "(Se revisará) ciudadano por ciudadano para saber que si usted ejerció su derecho al voto, y además fortalecer cada vez más eso", agregó.
Maduro convocó el pasado 1 de mayo un proceso constituyente para apuntalar el "Estado comunal" y "fortalecer la revolución" que es denunciado por la oposición como un intento del chavismo gobernante de perpetuarse en el poder y "consolidar una dictadura" en Venezuela. El chavismo midió el músculo de su capacidad de movilización y probó su maquinaria electoral en un ensayo general de la votación del 30 de julio convocado por el Poder Electoral en la misma jornada en la que la oposición preguntó en una consulta no reconocida por el Gobierno a los ciudadanos si rechazaban la Asamblea Constituyente.
Más de 7,4 millones de personas, según cifras de los organizadores del plebiscito opositor, se pronunciaron en contra de los planes chavistas para una nueva Constitución y pidieron en las urnas nuevas elecciones. El chavismo ha descalificado los resultados de lo que considera una "consulta interna de los partidos de la derecha", y se ha felicitado por la "participación histórica" de sus seguidores en el simulacro de la elección del 30 de julio.