El recuerdo y los homenajes a Nelson Mandela no han cesado desde que se conoció su muerte, pero con su desaparición también surgen dudas sobre si ese país será capaz de consolidar los ideales de igualdad y de justicia que enmarcaron la vida y el mensaje de Madiba.
Así, la igualdad entre personas blancas y negras existe, pero no así las diferencias económicas. Los ingresos de las familias blancas pueden ser hasta seis veces superiores a los de las negras, y eso se percibe en Soweto, el barrio donde el Apartheid exilió a gran parte de la población negra y donde aún perduran las consecuencias de aquel régimen.
Además, en Soweto también hay un campo de golf. Un recinto que antes era un lugar solo para personas de raza negra, algo que tampoco ha cambiado hoy. "Durante el Apartheid, los blancos y negros no podían mezclarse, así que crearon este campo para que pudiéramos jugar", cuenta una persona que vivió el régimen.
La Universidad de Soweto también estaba reservada para unos pocos. Hoy, dicha universidad es una de las más reconocidas del país y los alumnos saben a quién se lo deben. "Como él dijo, la educación es un arma para cambiar el mundo", le admira un estudiante.
Pero el vicerrector es más pesimista. "Políticamente todo el mundo vota y todos los votan cuentan igual, pero económicamente aún hay muchas diferencias entre blancos y negros, y hay que continuar esa lucha", afirma Tshilidzi Marwala.
Durante los últimos 20 años, la clase media ha ido aumentando, pero aún quedan numerosos barrios de chabolas donde se sigue acumulando la basura. Las personas que residen en estos barrios no tienen agua potable ni electricidad. Sus condiciones de vida no han cambiado, aunque agradecen a Nelson Mandela su libertad.
