En los últimos 7 días alrededor de 360.000 gazatíes han huido de Rafah por la ofensiva israelí, el triple de lo que esperaban las autoridades palestinas. La ONU denuncia el éxodo y recuerda que los refugiados palestinos no tienen donde ir, e insiste en que en Gaza no existe lugar seguro, con un sistema sanitario que podría colapsar en pocas horas tras el bloqueo del paso de Rafah por la falta de combustible, como denuncia el coordinador de emergencias de UNICEF, Hamish Young.
"Las personas con las que hablo confiesan que están agotadas, aterrorizadas, y que saben que a partir de aquí -aunque parezca imposible- su vida será más dura. Las familias carecen de instalaciones sanitarias adecuadas, agua potable y cobijo. Incluso la gente está haciendo retretes improvisados, cavando agujeros alrededor de las tiendas", relata el coordinador de emergencias de UNICEF en Gaza.
Israel, por su parte, asegura que llevará su lucha hasta aniquilar a los terroristas. El gobierno de Benjamín Netanyahu afirma que continuará su ofensiva en Gaza hasta desmantelar las capacidades militares de Hamás. La ofensiva se ha recrudecido este lunes -no sólo con Rafah- sino también en los campos de refugiados de Yabalia, al norte de la Franja.
El número de fallecidos en Gaza desde el pasado 7 de octubre ha superado ya los 35.000, según el Ministerio de Salud gazatí.
