May y Corbyn vuelven al ruedo electoral con un foco renovado en el "brexit"
La líder conservadora británica, Theresa May, y su rival del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, retomaron de lleno la campaña para las elecciones del 8 de junio con un nuevo foco en el "brexit" y asuntos como la seguridad del Estado.
La primera ministra en funciones, que los últimos días ha dirigido la respuesta al atentado del pasado lunes en Manchester, participó en un acto en Londres en el que se centró en la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) -supuestamente su punto fuerte-, en un intento de ampliar su ventaja electoral.
"Los temas de esta campaña no han cambiado desde que las convoqué (las elecciones) hace seis semanas. ¿En quién confían para defender al Reino Unido, para negociar el 'brexit' y obtener el mejor acuerdo posible en Europa?", se preguntó la dirigente, cuyo partido ha perdido terreno frente a los laboristas.
"El 'brexit' es importante porque es la base de muchas otras cosas: de nuestra seguridad económica, nuestro lugar en el mundo, del futuro de nuestros servicios públicos y de las oportunidades para nuestros hijos", subrayó.
May alertó de que solo ha de perder seis escaños para que desaparezca su actual mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes (con un total de 650 escaños), y avisó de que existe el riesgo de un Gobierno laborista. "De esto van estas elecciones, de liderazgo, de estabilidad, de hacer lo correcto para el Reino Unido. Solo el Partido Conservador puede aportar eso", aseveró.
El tema volvió a salir por la noche en el programa televisivo "La batalla por el número 10", en el que May y Corbyn respondieron, por separado, a preguntas de la audiencia y luego fueron entrevistados por el periodista Jeremy Paxman. La aún jefa del Gobierno dijo que está dispuesta a ser "una mujer difícil", etiqueta que le colgó un colega de partido, para lograr un buen acuerdo con Bruselas, y reiteró que prefiere acabar sin trato que hacerlo "con uno malo".
Corbyn, por su parte, prometió ser un primer ministro que "escucha", y explicó que, si llega a gobernar, negociaría con la UE "el acceso sin tarifas a los mercados europeos", sin poner un tope a la inmigración. El líder izquierdista, cuyo proyecto socialdemócrata está ganando adeptos pese a las críticas de su propio grupo parlamentario, dijo durante la campaña que no se aliará con el independentista escocés SNP para llegar a gobernar en caso de que ninguna formación obtenga una mayoría absoluta en los comicios.
"No habrá pactos. No habrá alianzas. Estamos luchando estas elecciones para ganar", afirmó, en declaraciones recogidas por la agencia británica PA. En una entrevista previa con la BBC, la líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) y ministra principal en la región, Nicola Sturgeon, dijo que, en caso de que haya un Parlamento "colgado" -sin mayoría clara-, se plantearía "formar parte de una alianza progresista, que persiguiera políticas progresistas".
Corbyn también se ha tenido que defender los últimos días de duros ataques de los conservadores sobre su historial en materia de seguridad, y ha condenado la campaña armada del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA) porque "mató a civiles".
May insistió hoy en que su rival "ha votado (como diputado) en contra de casi toda la legislación antiterrorista" que ella misma impulsó en su época al frente del ministerio del Interior, de 2010 a 2016. La líder "tory", que convocó estas elecciones anticipadas a fin de ampliar su mayoría parlamentaria, ha rechazado enfrentarse en un debate cara a cara con su rival socialista, que ahora experimenta un inesperado avance en las encuestas.
Con un manifiesto de renacionalizaciones y contra la austeridad, Corbyn, que cuenta con una amplia masa movilizada de partidarios, ha reducido en más de la mitad, en apenas dos semanas, la distancia que separaba a su formación de los conservadores.
Las últimas encuestas otorgan a los "tories" una ventaja de entre 5 y 11 puntos porcentuales, según el sondeo, comparado con los 25 puntos de los que gozaba May cuando convocó las elecciones el pasado 18 de abril. El apoyo a los "tories" se situaría entonces en torno al 43-45 %, frente al 35-38 % de los laboristas, seguidos a mucha distancia por los liberaldemócratas y el partido populista de derechas UKIP.