BREXIT

May defiende su plan de salida ante las dudas de Bruselas y las críticas internas

Londres y Bruselas siguen estancados con el asunto de fronteras entre las dos Irlandas y Bruselas pone en duda la viabilidad del plan de salida de May, sin llegar a un acuerdo

ondacero.es

Madrid |

Theresa May, primera ministra británica | EFE

La primera ministra británica, Theresa May, defenderá "con firmeza" su nuevo plan de salida de la Unión Europea, a pesar de que Bruselas ha puesto en duda su viabilidad y sus críticos dentro del Partido Conservador advirtieron hoy de que Londres está más cerca de un "brexit" sin acuerdo.

Fuentes del Ejecutivo del Reino Unido insistieron hoy en que May está convencida de que su estrategia negociadora, recogida en el llamado Libro Blanco, sienta las bases para lograr un pacto de divorcio satisfactorio para todas la partes.

La líder conservadora consensuó ese documento el pasado 6 de julio, pero provocó la dimisión de dos ministros y otros cargos de rango inferior al proponer crear un mercado común de bienes británico-comunitario con cierta armonización reguladora, algo inaceptable para los partidarios de un "brexit" duro o la ruptura total con la UE, conocidos como "brexiteers".

Su cabecilla en Westminster, el diputado Jacob Rees-Mogg, aseguró hoy que es "muy posible ahora" que el Reino Unido abandone el bloque comunitario sin un acuerdo de salida, después del "agresivo" rechazo de Bruselas al plan de May.

Según Rees-Mogg, un "brexit" sin acuerdo impediría a Londres y Bruselas pactar una nueva relación comercial tras su divorcio y obligaría al Gobierno del Reino Unido a acogerse a las condiciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

"Creo que debemos seguir negociando hasta el final, en vez de abandonar las conversaciones con teatralidad, pero la verdad es que, posiblemente, la opción de la OMC es la única que nos ofrecerán, la cual no debe asustarnos", aseguró el diputado, uno de los críticos más visibles de May. El propio Rees-Mogg encabezó esta semana una rebelión en el Parlamento británico presentar varias enmiendas al Libro Blanco, que, tras ser aprobadas, evidenciaron la debilidad de la primera ministra y la existencia de profundas divisiones en su partido y gabinete.

May pidió ayer a Bruselas "flexibilidad" para aceptar este plan retocado y aunque el negociador jefe comunitario para el "brexit", Michel Barnier, opinó que tiene "varios elementos que abren la puerta a una discusión constructiva", advirtió de que su contenido general contraviene las líneas rojas fijadas por la UE.

La respuesta comunitaria ha enfurecido a los "brexiteers" como Rees-Mogg, quien ha acusado al bloque comunitario de comportarse "como la mafia" y ha criticado el "lenguaje agresivo" de Barnier.

Para los partidarios del "brexit" blando y de la salida "ordenada" que quiere May, los llamados "remainers", el Libro Blanco plantea "compromisos realizables", al tiempo que reclama concesiones a todas las partes implicadas.

"No hay una solución única, sí o sí, que equilibre las posiciones extremas de los 'brexiteers' y las posiciones extremas de los 'remainers'. Por eso es clave ceder", expuso a la cadena BBC el ministro británico de Defensa, Tobias Ellwood.

Ellwood indicó que el Libro Blanco aspira a lograr resultados satisfactorios para ambas facciones tories, con "acceso a bienes y servicios y un acuerdo con Europa" para los proeuropeos.

"Y para los 'brexiteers', dejaremos de contribuir a la factura comunitaria, abandonaremos la unión aduanera, la política agraria común y la política de pesca común y, por su puesto, podremos firmar nuestros propios acuerdos comerciales", agregó Ellwood.

El plan de May, de momento, tampoco resuelve el asunto de la frontera entre las dos Irlandas, uno de los principales escollos con los que se han topado Londres y Bruselas en su negociación. Barnier insistió el viernes en la necesidad de plantear una solución "legalmente operativa" para proteger a la isla de las consecuencias del "brexit" y preservar el proceso de paz, en marcha desde la firma del Acuerdo del Viernes Santo de 1998.

El negociador comunitario señaló que el pacto sobre Irlanda no debe ser necesariamente el ideado por la UE el pasado diciembre, con el que instaba a homologar la legislación de toda la isla con el objetivo de evitar una frontera "dura", sino que se puede trabajar en "mejorarlo", agregó.

El tiempo, sin embargo, se agota y Bruselas quiere que el texto de una "declaración política" relativa a la asociación entre la UE y el Reino Unido tras su divorcio esté listo para antes de octubre, cuando pretende finalizar la negociación sobre el acuerdo de salida.