GUERRA EN GAZA

Médicos Sin Fronteras: “Los niños gazatíes prefieren morir a padecer el horror que están viviendo”

Las secuelas mentales de los menores en la guerra de Gaza: depresión, ansiedad, estrés y pánico.

Diana Rodríguez Pretel

Madrid | 21.06.2024 13:10

Audio: Diana Rodríguez Pretel / Imagen: MSF

Después de casi 9 meses de guerra, la salud mental de los gazatíes se encuentra al límite y especialmente la de los más pequeños. Niños a quienes les ha tocado hacerse mayores de repente, soportar el dolor de la pérdida de sus seres queridos y hacerse a la idea de que ya no tienen casa. Ante una situación desesperada, y que no tiene visos de arreglarse de momento, Médicos Sin Fronteras avisa de que la infancia gazatí está a punto de romperse.

Davide Musardo, psicólogo de MSF, responsable de actividades de salud mental MSF en Gaza, explica que los que están viendo en los niños pequeños sobre todo son “síntomas relacionados con la depresión, porque lo han perdido todo. Han perdido a sus padres, a sus hermanos, su casa, sus juguetes, todo lo que hace que su vida diaria sea normal”. También, advierte, están tratando síntomas de ansiedad, casos de estrés agudo y “muchas veces prefieren morir, en lugar de padecer el horror que están viviendo en este momento”.

Los niños son los que se están llevando los peores golpes en esta guerra, teniendo en cuanta que no tienen la capacidad de explicar lo que les está pasando. “No tienen las herramientas para hacer frente a todas estas situaciones trágicas”, lamenta Musardo y añade que la dificultad a la que enfrentan en este momento es que “no hay espacio para que se recuperen plenamente” porque les ha tocado vivir en una constante de exposición a traumas de todo tipo, bombardeos y explosiones. “Y esto no les permite iniciar un proceso de curación que debería hacerse lo antes posible, porque sin un alto el alto fuego será muy complicado para ellos superar esta situación”, según el psicólogo de MSF.

Ante esta situación, MSF ha puesto en marcha una serie de terapias de juego con los menores palestinos. “A través del juego que superamos el trauma, el dolor, cómo manejarlo, cómo lidiar con algunas emociones que sobrevienen y no son fáciles de gestionar", asegura Davide Musardo. Es una herramienta clave para ellos.