En un inicio, los bomberos habían informado de 22 muertos, cifra que aumentó a medida que avanzaban los trabajos de rescate de los cadáveres, algunos de ellos "carbonizados y presos entre los hierros".
La Policía Federal de Carreteras explicó que el número de víctimas es "preliminar" porque el incendio en el vehículo que el accidente desencadenó dificultaba las labores de identificación.
El conductor del autobús, en el que primero se estimó que viajaban unos 45 pasajeros, perdió el control en un tramo de la carretera BR-116 a su paso por el municipio de Teófilo Otoni.
Según la versión de la Policía Federal de Carreteras, la perdida de control sucedió después que un "gran bloque de granito" cayera de un camión que pasaba por allí en ese momento y golpeara el autobús, que se incendió y terminó totalmente destruido.
A continuación, otro vehículo que iba detrás chocó con el camión de granito, aunque sus tres pasajeros sobrevivieron con "lesiones graves".
Otros 13 supervivientes del autobús fueron llevados a hospitales de los alrededores para ser atendidos, de acuerdo con los bomberos.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lamentó "inmensamente" lo ocurrido, expresó su solidaridad a los familiares de las víctimas y dijo que rezaba por la recuperación de los heridos.
"El Gobierno federal se coloca a disposición del Ayuntamiento de Teófilo Otoni y del Gobierno de Minas Gerais para todo lo que sea necesario", escribió en redes sociales.
El gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, aseguró que había ordenado la "movilización total" del Ejecutivo regional y dijo que las fuerzas de seguridad trabajaban "sin interrupción" desde la madrugada para atender "con agilidad" el incidente.