Los asaltantes estrellaron un automóvil contra la barrera del recinto policial en la ciudad de Pekanbaru, en la isla de Sumatra, matando a un agente, dijo el portavoz de la Policía Nacional, Setyo Wasisto, en rueda de prensa retransmitida por televisión.
A continuación descendieron del vehículo y trataron de matar a otros policías con armas blancas antes de ser abatidos, añadió el portavoz policial. Wasisto indicó que uno de los heridos es un periodista que se encontraba cubriendo otra información en el momento del atentado, y agregó que uno de los atacantes se dio a la fuga pero fue arrestado más tarde.
La policía confiscó tres catanas, pasamontañas y ropa perteneciente a los asaltantes. El grupo terrorista Daesh reivindicó esta semana el atentado con bomba múltiple contra tres iglesias cristianas en el que murieron 18 personas el domingo y el ataque contra una comisaría el lunes, con cuatro muertos, ambos en la ciudad de Surabaya, en la isla de Java.
Los atentados del domingo fueron perpetrados por una familia de seis miembros, incluidas dos niñas de 9 y 12 años, y todos perdieron la vida. La explosión en la comisaría lo cometió otra familia de cinco integrantes, entre los que había una niña de 8 años que fue la única sobreviviente de su familia.
El domingo por la noche, otras cuatro personas murieron y otras dos resultaron heridas, todas de la misma familia, cuando detonó una bomba por error en la vivienda que moraban también en Surabaya. Se trata de la primera vez que familias, que en este caso estaban vinculadas a través de los padres de familia a un grupo yihadista, atentan junto a sus hijos en Indonesia.
Indonesia, donde el 88 por ciento de sus 260 millones de habitantes practica el islam y el país con mayor número de musulmanes del mundo, ha sufrido varios atentados yihadistas en las dos últimas décadas, entre ellos el perpetrado en la isla de Bali en 2002, que causó 202 muertos.