El último balance oficial habla, además de 200 heridos en esos ataques ocurridos en Saná, la capital, en mezquitas a las que acuden habitualmente los simpatizantes de los rebeldes hutíes, que controlan la ciudad desde el 21 de enero.
Las explosiones han tenido lugar casi al mismo tiempo, según testigos que acudían a rezar. Los hospitales han pedido donaciones de sangre para ayudar al gran número de heridos por los atentados, que llegan en la mayor escalada del conflicto entre fuerzas partidarias y opositoras del presidente Mansur Hadi desde que abandonara la ciudad y se instalara en Adén, obligado por el grupo chií, respaldado por el anterior dirigente del país, Alí Abdulá Salé. La capital permanece tomada desde septiembre de 2014 por los hutíes.
Aún no existe comunicado oficial, pero todo apunta a que la rama yemení de Al Qaeda estaría detrás de las, al menos, tres explosiones que se han producido en las céntricas mezquitas de la capital, en el que, presuntamente, supone un ataque directo a los seguidores de la insurgencia Hutí.
La capital yemení lleva desde septiembre bajo control de los hutíes extendiéndose estos, en los últimos meses, al centro y este del país. Al Qaeda en Yemen ya se conjura a combatir con todas sus armas a la milicia Hutí.
Estas explosiones llegan un día después de intensos enfrentamientos entre las fuerzas leales al presidente depuesto y el actual jefe de Estado.
