Merkel realizó esta afirmación en una declaración de gobierno ante el Bundestag (cámara baja) en la que fijó su postura de cara a la cumbre de líderes que comienza hoy en Bruselas, centrada en las consecuencias en el "brexit".
"Acceso al libre acceso al mercado común logra aquel que acepta las cuatro libertades fundamentales europeas: la de las personas, los bienes, los servicios y el capital", aseguró la canciller.
La jefa del Gobierno alemán subrayó que Reino Unido no podrá mantener los actuales "privilegios" como miembro de la UE si no asume, a su vez, las correspondientes obligaciones.
"Debe haber y habrá una diferencia palpable entre ser y no ser parte de la familia europea. Quien se quiere ir de esta familia no puede esperar que las obligaciones desaparezcan y que se mantengan los privilegios", afirmó.
La canciller puso como ejemplo a Noruega, un país que no pertenece a la UE pero que, para tener derecho de acceso al mercado único, cumple una serie de requisitos y obligaciones.
Sobre los plazos para el "brexit", Merkel insistió en que, como está estipulado, está en manos de Reino Unido decidir cuándo informa al resto de socios de su voluntad de abandonar la UE, para iniciar el proceso de salida.
No obstante, aconsejó a sus "amigos británicos que no se dejen engañar" porque antes de esa comunicación no habrá ni negociaciones ni conversaciones, "ni formales ni informales".
Los 27 han tomado nota de que el primer ministro británico, David Cameron, quiere dejar el proceso en manos de su sucesor o sucesora, apuntó la canciller, pero Londres debe saber también que no habrá "conversaciones previas" antes de que comunique al Consejo su decisión.
Cuando Reino Unido informe al Consejo, comenzará el plazo fijado de dos años para las negociaciones, un plazo durante el cual el Londres sigue siendo miembro de la UE con todos sus "deberes y derechos", subrayó la canciller.
Merkel aseguró asimismo que Alemania buscará que la relación futura con Reino Unido sea "estrecha y amistosa", porque su país se beneficiará de esa situación.
No obstante, aseguró que no es contradictoria afirmar también que Alemania y la UE se guiarán por sus "propios intereses" a la hora de negociar con Londres el marco futuro de relaciones, en el que Reino Unido pasará a ser un "tercer país".
Su discurso se abrió reiterando que la decisión de los británicos supone "un punto de inflexión para Europa y el proceso" de integración, una situación inédita que no se había producido desde que se firmó el Tratado de Roma, en 1957, la acta fundamental del proyecto europeo.