Unión Cristianodemócrata

Merkel trata de organizar una sucesión controlada pese a los amagos de intrigas

La canciller alemana, Angela Merkel, procura trazar una sucesión controlada, en medio de amagos de intrigas y mientras se vaticina que los aspirantes a dirigir la Unión Cristianodemócrata (CDU) pueden ser más de los previstos, sean defensores del giro derechista o la vía continuista.

ondacero.es

Madrid |

La canciller alemana, Angela Merkel | EFE

Hasta el próximo congreso de la CDU, que tendrá lugar en Hamburgo del 7 al 8 de diciembre, tienen que celebrarse ocho conferencias regionales donde se dé a los aspirantes la "opción a presentarse ante los afiliados", anunció hoy Merkel, tras las reuniones de la presidencia del partido.

Existe unanimidad entre la cúpula en la determinación de mantener la coalición de gobierno entre su bloque conservador y el Partido Socialdemócrata (SPD), enfatizó la canciller y líder de la CDU.

"Estoy dispuesta y, para mí, disposición implica voluntad", afirmó ante la pregunta de si realmente piensa que podrá continuar como canciller una vez haya dejado la presidencia de la CDU.

Con parecida determinación se dijo segura de poder mantener "una buena relación" con su sucesor si la elección recae en Friedrich Merz, exjefe del grupo parlamentario conservador y representante del ala derechista del partido.

"Hemos discutido apasionadamente sobre política. Siempre encontramos soluciones. Aunque no siempre compartimos la misma opinión", afirmó respecto a sus conocidas diferencias con este aspirante a sucederla.

Merz se presentó la semana pasada ante los medios, dos días después de que la canciller anunciara que no optará a su reelección como líder de la CDU ni tampoco a un nuevo mandato como canciller al fin de la presente legislatura.

Poco después empezaron a surgir teorías sobre una trama entre él y el presidente del Parlamento y exministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, antecesor de Merkel al frente de la CDU, para dar un giro derechista a la formación.

El semanario "Der Spiegel" recuperó así la idea del llamado "Pacto Andino", surgido al final de la llamada "era Helmut Kohl" entre varios hombres fuertes del partido -entre ellos Merz y Schäuble- que pretendían arreglar entre ellos la sucesión del patriarca, pero que se vieron rebasados por Merkel.

Una sucesión ahora a favor de Merz sería una revancha de ese grupo masculino sobre la mujer que durante 18 años dirigió el partido.

Esta supuesta trama ha eclipsado la figura del otro aspirante derechista, el ministro de Sanidad Jens Spahn, que asimismo formuló su candidatura la semana pasada, mientras se espera que la secretaria general del partido, Annegret Kramp-Karrenbauer, leal a la línea de Merkel, explique sus propósitos esta semana.

Parece que estas tres candidaturas no serán las únicas, ya que en los medios alemanes se apunta a que hay otros nueve aspirantes, algunos de los cuales podrían formalizar su candidatura en los próximos días.

La CDU recordó hoy que cualquier militante del partido -unos 417.000 en todo el país- puede postularse, aunque para ello debe contar con el respaldo de alguno de los gremios federales de la formación, agrupaciones regionales, municipales, de distrito o incluso en el exterior del país.

La otra vía para postularse es durante el propio congreso federal, aunque esa fórmula está reservada a los delegados de la formación: 1.001, de acuerdo a la práctica del partido.

La incógnita de si Merkel logrará mantenerse en la Cancillería una vez elegido su sucesor, o si la gran coalición con los socialdemócratas "resistirá" un giro más hacia la derecha de la CDU planea sobre la alianza de Gobierno desde que Merkel comunicó su decisión.

La líder del SPD, Andrea Nahles, afirmó también hoy que en las reuniones mantenidas por su cúpula -asimismo el pasado fin de semana- no se planteó tampoco abandonar la gran coalición: "No, ahora no".

La coalición de Merkel -debilitada por los disensos internos y en caída libre en intención de voto- resolvió por fin este lunes uno de sus focos de tensiones de los últimos meses, con el envío a la jubilación del jefe de los servicios secretos, Hans-Georg Maassen.

"Algunas de sus formulaciones son inaceptable", afirmó el ministro del Interior y líder de los conservadores de Baviera, Horst Seehofer, quien optó por jubilarlo a raíz de unas declaraciones suyas asegurando que en el SPD hay "sectores ultraizquierdistas".

El SPD venía reclamando el cese de Maassen desde que éste negó las acciones de acoso por parte de neonazis contra extranjeros, pero Seehofer hasta hoy le mantuvo su respaldo, lo que había colocado a la coalición al borde de la ruptura.