Varios miles de personas se manifiestan en París -sin incidentes- respondiendo a la llamada de dos de los principales sindicatos franceses que quieren amplificar el movimiento social que desde hace cuatro meses encabezan los chalecos amarillos.
Reclaman mejoras salariales, más justicia social y hasta el momento consideran que las respuestas de Macron son "insuficientes".
El líder de la CGT, Philippe Martínez, acusa al presidente de jugar con fuego: "hay mucha rabia en el país y todo el mundo lo sabe, incluido el presidente. No responder a la urgencia social es jugar con fuego".
De momento -y a la espera de cifras definitivas- las protestas no están siendo muy multitudinarias como escaso ha sido el seguimiento de los paros, sin apenas incidencias en los transportes y algo más secundados en el sector de la enseñanza.