A la luz de las pruebas adicionales halladas en el camión con que se realizó el ataque, el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, ha informado de que el tunecino Anis Amri es "con alta probabilidad" el autor del atentado de Berlín.
El ministro hizo esta declaración en una comparecencia conjunta con la canciller, Angela Merkel, quien expresó su confianza en una "pronta detención" del sospechoso.
Merkel aseguró, tras visitar la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA), que en los últimos años Alemania ha llevado a cabo "notables esfuerzos" para poder afrontar mejor el "reto terrorista" y destacó también el apoyo que está recibiendo de otros países que se han enfrentado a atentados en el pasado.
No obstante, reconoció la dureza de afrontar el primer gran ataque yihadista en Alemania, pese a que el Gobierno alemán sabía "en teoría" que el país estaba "en el punto de mira del terrorismo islámico".
"Los valores de la democracia y del estado de derecho están de nuestro lado", manifestó la canciller, quien se mostró "orgullosa" de la serenidad con la que ha reaccionado la inmensa mayoría de los ciudadanos y defendió la necesidad de mantener una sociedad abierta y libre.
Tanto el ministro de Interior como el titular de Justicia, Heiko Maas, dejaron claro que lo prioritario es ahora encontrar al sospechoso y abogaron por abordar después las lecciones que se pueden desprender de este caso.
La Fiscalía federal emitió una orden de detención europea contra Amri, que había sido vigilado por las fuerzas de seguridad, tenía vínculos con círculos islamistas y no había sido expulsado del país tras haberse rechazado su petición de asilo porque le faltaba la documentación necesaria.
El propio De Maizière había avanzado que Amri era sospechoso de implicación en ese atentado, ya que se habían encontrado en la cabina del camión con que se perpetró documentos suyos relativos a su estatus de asilo.
Sin embargo, había precisado que eso no tenía que significar necesariamente que se tratara del autor del ataque contra un mercadillo navideño berlinés el pasado día 20, en el que murieron doce personas y medio centenar resultaron heridas.
La historia de Amri, incluido en las bases de datos de las fuerzas antiterroristas y que se escapó del radar de las autoridades alemanas, ha abierto un debate sobre posibles fallos en la vigilancia de personas potencialmente peligrosas.
Las autoridades de Berlín lo habían vigilado entre marzo y septiembre al temer que pretendiera cometer un robo para comprar armas automáticas y, presuntamente, perpetrar después un atentado, pero el operativo se cerró al no hallarse pruebas que sustentaran las acusaciones.
Según informaciones de la edición digital de "Der Spiegel", las fuerzas de seguridad pincharon sus comunicaciones y el joven llegó presuntamente a ofrecerse como terrorista suicida.
Se trataba al parecer de mensajes en clave, según estas fuentes, por lo que no eran prueba suficiente para poder detenerlo.