La intención de Idan al compartir un selfie que parecía inofensivo era demostrar que era una "embajadora de la paz" de su país. Sin embargo, lo que recibió fue insultos y amenazas. Su familia también fue amenazada y tuvo que huir de Iraq por miedo a posibles represalias contra ellos.
Tras toda la polémica causada, Sarah Idan denuncia que no recibió apoyo del propio gobierno de su país. Ahora solo se quiere centrar en su carrera profesional, intentando olvidar este momento traumático.