Una operación de las fuerzas especiales de EEUU en la que han participado tropas kurdas e iraquíes, con medios aéreos y terrestres en una localidad al norte del país. Durante el operativo ha fallecido un soldado norteamericano, la primera baja en filas estadounidenses desde que la Administración Obama comenzara su ofensiva contra los terroristas hace un año.
A pesar de esto, la redada ha sido un éxito y ha concluido con la liberación de unos 70 rehenes kurdos que estaban secuestrados por Estado Islámico. Además, el operativo ha supuesto un duro golpe contra los terroristas al haber conseguido detener a varios de sus altos cargos.