Un hospital de Polonia aseguró que los médicos hicieron todo lo posible para salvar la vida de una mujer embarazada y su feto en un caso que ha puesto de relieve la nueva restricción a la ley de aborto de Polonia. La mujer de 30 años murió de shock séptico en la semana 22 de embarazo. Los médicos no realizaron un aborto, a pesar de que su feto carecía de líquido amniótico, según un abogado de la familia.
Los activistas de derechos reproductivos denuncian que es la primera persona que muere como resultado de la reciente restricción de la ley de aborto de Polonia. Entre los que apoyaron la nueva restricción del aborto, hay voces que defienden que no hay certeza de que haya provocado la muerte de la mujer y acusan a las activistas por los derechos de las mujeres de explotar la situación.
La mujer, identificada solo como Izabela, murió en septiembre, pero su caso se hizo público el viernes, lo que provocó protestas en Varsovia, Cracovia y otros lugares. La gente salió a la calle como protesta, encendieron velas y celebraron una vigilia nocturna.
No permite el aborto por defectos congénitos del feto
Antes de la nueva restricción, las mujeres en Polonia solo podían abortar en tres casos: si el embarazo es el resultado de un delito como la violación; si la vida de la mujer está en riesgo; o en el caso de deformidades fetales graves. Pero el Tribunal Constitucional, bajo la influencia del partido gobernante conservador de Polonia, dictaminó el año pasado que los abortos por defectos congénitos no eran constitucionales.
Los activistas por los derechos de las mujeres claman porque se espere a que un feto sin posibilidad de sobrevivir muera en el vientre de su madre, en lugar de hacer un aborto antes de que la vida de la madre corra peligro. El hospital donde murió la mujer emitió un comunicado en el que se muestran "unidos en el dolor" con sus seres queridos e insistió en que su personal había hecho todo lo posible para salvarla a ella y al feto.
"Las decisiones médicas se tomaron teniendo en cuenta las disposiciones legales"
"El único factor que guió el procedimiento médico fue la preocupación por la salud y la vida de la paciente y del feto. Los médicos y asistentes hicieron todo lo posible, libraron una batalla difícil por la paciente y su hijo", aseguraba el Hospital del Condado de Pszczyna en el sur de Polonia.
El hospital agregó que los fiscales están investigando el caso, pero que "todas las decisiones médicas se tomaron teniendo en cuenta las disposiciones legales y las normas de conducta vigentes en Polonia". Un destacado miembro del Gobierno, Marek Suski, negó cualquier conexión con el fallo judicial.
"Se producen errores médicos ... y, lamentablemente, las mujeres a veces todavía mueren durante el parto", dijo Suski en la televisión estatal. "No le deseamos esto a nadie, pero ciertamente no tiene nada que ver con ninguna decisión del tribunal".