Shelly Bertram y Clive Glibbs volvían a casa en Waterlooville, Hampshire, tras una noche fuera; estaban prometidos y a dos semanas de su boda. Bertam, en estado de ebriedad, vio a su futuro esposo fumando en el interior de la casa y montó en colera. Salió del domicilio, se montó en el Range Rover que él le había regalado con motivo de la boda y arrancó el vehículo. En ese momento, Glibbs saltó sobre el capó del coche, intentando detener a su futura esposa.
Bertram condujo durante cinco kilómetros con el que iba a ser su futuro esposo sobre el capó. La mujer frenaba, aceleraba y daba volantazos violentos intentando tirar a Glibbs. "Lloraba, gritaba y me agarraba. Cuando llegamos a la carretera, yo estaba perdiendo agarre", recoge el Daily Mail.
[[DEST:"Me despierto a las dos de la mañana recordando aquella noche"]]
"Tenía que dejarla ir. Decidí soltarme cuando ella frenará", relata Glibbs. Cuando llegó el momento, se soltó y cayó sobre un seto al lado de la carretera. Acto seguido, llamó a una ambulancia. "No he podido volver al trabajo, me despierto a las dos de la mañana recordando aquella noche", confiesa.
Bertram condujo hasta la casa de una amiga, y posteriormente, a la de un hombre, donde fue arrestada. En la prueba de alcoholemia do 48 miligramos por litro de aire expirado, el límite legal es 35. Ha reconocido conducción temeraria, agresión con daños físicos reales y conducción bajo los efectos del alcohol. Se enfrenta a una condena de 18 meses de prisión, dos años de suspensión del carnet de conducir y 200 horas de trabajos comunitarios.