La concentración, a la que se sumaron miles de personas ajenas a las universidades, comenzó con movilizaciones de pequeños grupos hacia el Planetario, el punto de encuentro, mientras gritaban arengas como "quiero paz, quiero amor, quiero acuerdos por favor".
A la marcha asistieron también el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y el alto consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, así como el director de la Unidad de Víctimas, Alan Jara.
De igual manera, decenas de personas salieron a manifestarse en apoyo de la paz en otras ciudades colombianas, como Cali, Medellín, Barranquilla y Cartagena.
En la votación del domingo pasado sobre el acuerdo de paz, el "no" obtuvo la victoria con el 50,21% de los votos, mientras el "sí" alcanzó el 49,78%.
Este resultado negativo aunque ajustado dejó en la incertidumbre el fin de un conflicto de 52 años anunciado el 26 de septiembre por el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño Echeverri, alias "Timochenko", en una pomposa ceremonia en Cartagena.
Cuando los manifestantes se congregaron en el Planetario, comenzaron una marcha de 1,7 kilómetros hasta la céntrica Plaza de Bolívar enarbolando banderas blancas, así como con el puño en alto y velas o antorchas encendidas por la paz mientras guardaban silencio.
La exsenadora Piedad Córdoba, quien medió con las FARC para la liberación de varios políticos, soldados y policías secuestrados, dijo a Efe que estaba "hasta contenta" con el resultado del plebiscito porque permitió que hubiera una marcha como la de hoy.
"Maravillosa la convocatoria de los jóvenes, es muy esperanzador y es sobre todo una convocatoria llena de alegría, de felicidad y una propuesta de rechazo total a esos pactos de élites que creen que la paz la negocian ellos", agregó.
También hubo espacio para que manifestantes levantaran pancartas de apoyo a las víctimas, especialmente a las de Bojayá, un municipio del Chocó (noroeste) donde el 2 de mayo de 2002 murieron entre 74 y 119 personas, al caer sobre la iglesia una bomba lanzada por las FARC en un combate con paramilitares, y el "sí" obtuvo hace tres días una arrolladora victoria, con el 95,76% de los sufragios.
"Yo conozco el sufrimiento en el campo y si con su apoyo triunfó el 'no' a la paz, la guerra vendrá a las ciudades, entonces no se queje cuando muera alguno de sus seres queridos", decía una pancarta que cargaba Julio César Benavides, uno de los manifestantes.
Benavides explicó a Efe que ha estado en lugares muy afectados por la violencia y lamentó que hubiera ganado la opción del "no" en el plebiscito.
"Así vive el campesino, en medio de la violencia continua, esperando que algún día se haga la paz. Y ahora que hay esa esperanza se rompe con una idiotez, una imbecilidad, de no reconocer que siempre será mejor la vida que la muerte, y siempre será mejor una paz así sea imperfecta a una guerra perfecta", apostilló.