La nueva misión europea, cuyo objetivo es proteger a los barcos mercantes de los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen, estará comandada por Grecia -desde la ciudad de Larisa- y se coordinará en un cuartel general flotante a bordo de un buque italiano. Según el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, “esta misión no tendrá ninguna operación en tierra, sólo en el mar y será puramente defensiva”.
Su objetivo -que pasa por escoltar a los buques mercantes que naveguen por el Golfo Pérsico, el Golfo de Omán, el Golfo de Adén y el mar Rojo y derribar los posibles misiles o drones de los hutíes- será meramente defensivo. Es decir, la misión Aspides no atacará previamente las posiciones de los rebeldes como hacen EEUU y Reino Unidos con su misión Guardián de la Prosperidad.
Los rebeldes de Yemen amenazan con no frenar los ataques para combatir contra su “enemigo israelí” hasta que cesen los bombardeos y las agresiones contra la población civil en la Franja de Gaza como en Cisjordania. De hecho, en las últimas horas los hutíes han atacado un buque británico con bandera de Belize frente a las costas de Yemen que corre el riesgo de hundirse.
La misión Aspides trabajará estrechamente con la misión antipiratería Atalanta y con la operación Guardián de la Prosperidad liberada por Estados Unidos.
La tensión en la zona ha hecho que las principales navieras modifiquen sus rutas para evitar cruzar por el mar Rojo, por donde se calcula que transita el 8 % del comercio mundial de cereales, el 8% también de gas natural licuado y el 12 % del comercio de petróleo a nivel mundial.