El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha anunciado este lunes la paralización de la tramitación de la polémica reforma judicial que ha provocado multitudinarias protestas y una contestación sin precedentes en Israel.
"Me voy a tomar un tiempo para dialogar", ha afirmado Netanyahu en un breve mensaje a la nación. El objetivo es "lograr un amplio consenso".
En concreto la tercera y definitiva lectura parlamentaria de la reforma judicial se paralizará hasta la próxima sesión de la Knesset o Parlamento israelí, prevista para dentro de varias semanas.
El dirigente israelí ha subrayado que su Gobierno "jamás aceptará una guerra civil" derivada de la crisis política actual y ha advertido de que esta situación supone "una amenaza real para la unidad nacional".
En cualquier caso, Netanyahu ha advertido de que rechazar prestar servicio militar supone un "grave delito" y ha resaltado que Israel no puede pervivir sin un Ejército que lo defienda. Por ello ha pedido a todas las partes actuar con "responsabilidad".