Hanifa le pidió a su padre que le hiciera un inodoro después de aprender en la escuela los problemas de salud que podía generar. Su padre, accedió, si aprobaba el curso. Eso fue en la guardería y desde entonces ha ido aprobando año tras año, pero nada.
La excusa, siempre, la misma, que no tenía suficiente dinero. Así que enfadada, cogió varios de sus trofeos, los llevó a la policía y le dijo al agente: ¿puede hacerme un baño? Bueno, pues con su denuncia, su padre ha aprendido la lección y Hanifa ha conseguido que la policía se ponga manos a la obra y haya empezado a recaudar dinero para construir su baño y otros 499 más en el barrio. Es un ejemplo, dicen, y ahora animan a otros niños a que hagan lo mismo.