"Esa lucha (anticorrupción) será el cimiento de nuestra Guatemala feliz", proclamó enfático Jimmy Morales durante su primer discurso a la nación tras jurar el cargo para el período 2016-2020, en una ceremonia que empezó con más de dos horas de retraso y en la que estaban presentes altos mandatarios de la región, además del rey emérito de España, Don Juan Carlos de Borbón.
Durante su alocución, de más de 30 minutos, el actor, un derechista de 46 años y de fuerte creencia evangélica, remarcó su compromiso contra el "dinosaurio" de la corrupción, a través de la "unidad" de todos los sectores, porque esa es una "enfermedad que carcomía" el país y lo sigue haciendo.
"Sería por nuestra parte una irresponsabilidad mayúscula no aprovechar esta situación (de cambio)", y será el trabajo "en equipo" de toda la nación, "con visión, constancia y perseverancia", el que saque adelante el país "con cimientos firmes".
Fue la corrupción, agregó, la que provocó el despertar ciudadano hace casi un año, y la que dejó en evidencia que "Guatemala es una", bajo manifestaciones sin color político y sin violencia, que dieron la vuelta al mundo y mostraron "la verdadera cara" de la nación, "amable y valiente".
"Guatemala dio un ejemplo que fue observado y comentado a nivel mundial. Las plazas públicas de toda la nación se convirtieron en auténticas plazas de la Constitución", señaló, al recordar el hartazgo de la población con el "descaro" de algunos funcionarios, que no tuvieron piedad del "dinero sagrado" de la ciudadanía.
En este sentido, repitió su voluntad de "no tolerar la corrupción ni el robo" desde el primer día, ni permitir estos actos en los funcionarios públicos, porque sobre ellos "va a caer el peso de la ley", sin ninguna contemplación, porque "el dinero del pueblo es sagrado".
"Pero sería ingenuo pretender que todos los cambios ya se hayan dado", en vez de ver esto como una tarea que "solo ha comenzado", por lo que apeló a la "unidad" para desarrollar una nueva forma de dirigir al país, y pasar así de "la noche de la corrupción al amanecer de la transparencia".
Sin leer, aunque con las gafas puestas, Morales lamentó que el Estado presente "fuertes signos de agotamiento", que se manifiestan en un sistema desfinanciado, endeudado, con una moral tributaria "por los suelos" y con mecanismos de transparencia "deficientes".
Pero a pesar de las adversidades que se le presentan en contra, el actor, electo el pasado 25 de octubre por la formación Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), se comprometió a seguir luchando cada día por el país y a renovar sus votos cada día.
Además de la corrupción, sus prioridades serán la sanidad, la desnutrición, el turismo, las pequeñas y medianas empresas y "avanzar" en la disputa territorial que Guatemala mantiene con "el hermano" país de Belice desde años.
Morales dijo ser consciente también del daño que provocó a Guatemala el racismo y la discriminación y vaticinó que, en un tiempo cercano, esta situación cambiará, máxime, agregó, cuando el país "pronto" tenga un presidente indígena, "Maya, Xinca o Garífuna".
"Una nueva Guatemala es posible y vale la pena", aseguró entre aplausos, y zanjó: ¡Qué Dios les bendiga y qué Dios bendiga a Guatemala!".
Antes de proclamar el que fue su primer discurso como presidente, Morales juró el cargo, acompañado de su mujer, Gilda Patricia Marroquín Argueta de Morales.
En el mismo acto también fue juramentado como vicepresidente Jafeth Cabrera, exrector de la estatal Universidad de San Carlos, quien estuvo acompañado de su cónyuge, Elizabeth Cortés.
El nuevo presidente juramentó este jueves a su gabinete de Gobierno, de 14 miembros, en el que solo figuran dos mujeres y mantuvo en el cargo a los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores del Ejecutivo anterior, Williams Alberto Mansilla y Carlos Raúl Morales, respectivamente.
Morales designó a Francisco Rivas como nuevo ministro de Gobernación (Interior); Julio Héctor Estrada en el de Finanzas; José Pelayo Castayón en la cartera de Energía y Minas y Rubén Morales Monroy en el de Economía