Están hechas de combustibles fósiles, dañan a la Tierra y no son necesarias, ha asegurado Bill de Blasio, por lo que no podrán ser vendidas.
El alcalde pretende, además, frenar la construcción de cualquier infraestructura que promueva el uso de combustibles fósiles.
En 2040 vetará el uso de esos combustibles, gas natural incluido, en los edificios gubernamentales.