Nueva York se ha convertido en el primer estado de Estados Unidos que prohíba la extirpación de las uñas de los gatos, una práctica ya vetada en numerosos países por el dolor y los problemas que causa a los animales.
La nueva ley prohibiría la extirpación de las uñas, conocida técnicamente como desungulación, con la excepción de casos en los que se considere una necesidad médica.
De esta forma, terminaría con las operaciones por motivos cosméticos o para evitar daños en el mobiliario doméstico, uno de los motivos más habituales que los propietarios de mascotas citan para quitar las uñas a sus gatos. "Es una amputación, causa dolor y sufrimiento, todo porque los dueños se preocupan más de sus muebles que de su gato", apuntó la asambleísta Linda Rosenthal, promotora de la ley.
Rosenthal ya presentó el proyecto en el año 2015 y ahora, finalmente, ha logrado su aprobación en las dos cámaras legislativas del estado. Según ella y otros promotores de la norma, la desungulación es similar a amputar un dedo y es una operación muy seria que a menudo resulta en complicaciones.
Del otro lado, grupos profesionales como la Sociedad Veterinaria de Nueva York se habían pronunciado en contra argumentando que la práctica debe ser una opción disponible cuando la alternativa es el abandono o la eutanasia, principalmente cuando hay alguna persona en el hogar con problemas de salud a la que los arañazos puedan poner en peligro.
"Estos dueños de gatos no deberían verse forzados a la cesión o la eutanasia de su mascota porque la opción de extirpar las uñas del gato no está disponible", defendió esa organización en un comunicado publicado en mayo. Según estos veterinarios, la desungulación es una decisión médica que deben tomar los dueños en consulta con profesionales.