Queda prohibida desde este jueves la venta de todo tipo de armas automáticas, semiautomáticas, rifles de asalto y cualquier tipo de componente destinado a convertir cualquier arma de fuego en un arma de tipo militar, como las usadas en el atentado que le costó la vida a 50 personas en Christchurch.
La primera ministra ha asegurado que "esos cambios en la regulación, permitirán que en la práctica nadie podrá comprar estas armas sin un permiso de obtención de la policía".