En una comparecencia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Voronkov ha incidido en que pese a que Estado Islámico se encuentra en plena retirada en Irak y Siria aún supone una "amenaza seria y significativa" al operar desde la clandestinidad y por el alcance que aún tiene.
"Estado Islámico continúa presentando un serio desafío, especialmente debido a su transformación en una red secreta, las actividades de sus afiliados regionales y la compleja amenaza planteada por el regreso y la reubicación de combatientes terroristas extranjeros y sus familias", ha subrayado Voronkov.
El responsable de la ONU ha presentado al Consejo de Seguridad el séptimo informe del secretario general sobre la amenaza que plantea el grupo terrorista que lidera Abú Bakr al Baghdadi para la paz y la seguridad internacionales. En el mismo, se afirma que Estado Islámico tiene aún más de 20.000 combatientes en Irak y Siria, repartidos de forma bastante equitativa entre ambos países y que incluyen miles de terroristas extranjeros.
Para Voronkov, este grupo de combatientes terroristas extranjeros representa un segundo gran problema dentro de la ecuación para acabar con Estado Islámico, mientras que el flujo de combatientes extranjeros hacia Irak y Siria para unirse a la lucha yihadista prácticamente se ha detenido.
La corriente inversa, menor a lo previsto, presenta un reto difícil de afrontar, ya que muchos de estos combatientes extranjeros han vuelto a sus países o se ocultaron en algún otro mientras esperan el llamamiento para volver a la actividad cuando las circunstancias lo permitan, ha explicado.
"La creciente amenaza de la red mundial de Estado Islámico, en particular de combatientes extranjeros terroristas, será diversa y difícil de predecir", ha prevenido Voronkov. "Uno de los peligros que estos plantean a su retorno es la experiencia adquirida en zonas de conflicto, como habilidades para preparar dispositivos explosivos improvisados y acondicionar drones para ser usados como armas", ha subrayado.
Además, el informe explica que con su evolución de protoestado a una red encubierta la financiación del grupo terrorista también ha pasado a la clandestinidad, lo que hace que sus fondos sean mucho más difíciles de detectar. En este sentido, sigue teniendo capacidad para canalizar fondos a través de las fronteras, a menudo a través de países intermediarios, hasta su destino final.