Además, en un breve texto difundido a través de la red social Twitter, el diplomático germano volvió a instar a los libios a aparcar sus diferencias políticas y militares, y a unirse para hacer frente al creciente auge de los fanáticos del grupo Estado Islámico (EI).
Según relataron a Efe fuentes de Seguridad, el ataque fue obra de un conductor suicida que empotró un camión cargado de explosivos contra un grupo de reclutas que esperaban a la puerta de una centro de reclutamiento de la guardia costera.
No existe hasta el momento una cifra oficial de víctimas, pero de acuerdo con la citada fuente y con medios de prensa locales hasta la morgue del hospital de la ciudad, situado a unos 175 kilómetros al este de Trípoli, han llegado ya "unos cincuenta cadáveres", tanto de policías como de civiles.
"Se pudo escuchar la explosión desde la ciudad de Misrata que está a 45 kilómetros al este de Zlintan", agregó la fuente, que elevó a más de 150 el número de heridos.
El atentado se produce en medio de una ofensiva lanzada el lunes por los grupos yihadistas libios afines a la organización Estado Islámico para hacerse con el control de los puertos petroleros de Ras Lanuf y Sidra, los más importantes del país.
Kobler ya urgió ayer a todos los partidos y grupos libios a esforzarse al máximo para evitar que los recursos petroleros caigan en poder del EI.
En un comunicado difundido a los medios, el diplomático alemán advirtió, asimismo, de que cada día que pasa sin que se implante el acuerdo de paz en el país crece un poco más la influencia y el poder de los grupos afines al autoproclamado califato.
"Cada día que pasa sin que el acuerdo (firmado el pasado 17 de diciembre en la ciudad marroquí de Sjirat) se ponga en marcha es un día ganado por el EI", subrayó.
Este intento de conquista de las zonas petroleras supone una intensificación de la ofensiva de los yihadistas en Libia, que en 2015 aprovecharon el conflicto político y militar entre los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk para asentar su posición y ampliar su territorio.
En los últimos doce meses, los radicales se han establecido en la localidad de Derna, fronteriza con Egipto, han penetrado en barrios de la ciudad de Bengasi, la segunda en importancia del país, y conquistado la mayor parte de Sirte, urbe costera situada a unos 450 kilómetros de Trípoli.
Además, han puesto cerco a las principales instalaciones petroleras del país y penetrado en la ciudad de Sabratha, a medio camino entre la capital y la frontera con Túnez.