Naciones Unidas se ha mostrado este miércoles "muy preocupada" por las "continuas y elevadas tensiones" entre el Ejército de Israel y el partido-milicia chií Hezbolá en la frontera libanesa-israelí, mientras que ha pedido reducir la retórica.
El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, ha señalado que "corresponde a las partes involucradas aprovechar los diferentes mecanismos a través de los cuales se puede reducir" la tensión, en particular en las reuniones trilaterales de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL).
"Y esperamos que, no sólo en términos de intercambio de disparos, sino que también se rebaje la retórica", ha manifestado en una rueda de prensa al ser preguntado sobre las recientes declaraciones del Gobierno israelí en cuanto a su preparación "para una acción muy poderosa" en la frontera con Líbano.
Dujarric ha señalado que la zona se encuentra desde hace tiempo en "un estado de alerta elevado", ya que ha habido intercambios de disparos y "la destrucción de propiedades en ambos lados ha provocado el desplazamiento masivo y el desarraigo de civiles, tanto del lado libanés como del israelí".
Israel y Hezbolá mantienen enfrentamientos desde el 8 de octubre
El Ejército israelí y Hezbolá --respaldado por Irán y que cuenta con un importante peso político en Líbano-- mantienen una serie de enfrentamientos desde el 8 de octubre, un día después de los ataques perpetrados por Hamás, que se saldaron con cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados, según los balances facilitados por las autoridades de Israel.
Los combates han dejado alrededor de 400 muertos en Líbano, según ha informado este miércoles el Ministerio de Sanidad libanés, un balance publicado a través de su cuenta en la red social Facebook y que no diferencia entre miembros de Hezbolá y civiles. Asimismo, afirma que otras 1.200 personas han resultado heridas.
Por otra parte, la ofensiva militar lanzada por Israel contra la Franja de Gaza tras los ataques de Hamás deja hasta la fecha cerca de 36.600 palestinos muertos y más de 83.000 heridos, según los datos publicados por las autoridades del enclave, controladas por el grupo islamista. A ellos se suman cerca de 520 palestinos muertos a manos de las fuerzas de seguridad y en ataques por parte de colonos en Cisjordania y Jerusalén Este.