"Animo al presidente (el salvadoreño Joaquín Alexander Maza Martelli) y a los países miembros a desarrollar una voz más fuerte, más unida en asuntos internacionales, en nombre de los derechos humanos", señaló en su discurso de apertura de la trigésima sexta sesión del Consejo de Derechos Humanos (CDH).
"También sugiero que se considere la necesidad de excluir de este órgano a los Estados implicados en las violaciones más atroces de derechos humanos", dijo el diplomático jordano. Zeid reflexionó sobre la "consistencia o falta de consistencia" de los países cuando se habla de los compromisos respecto a los derechos humanos.
"¿A (algunos) gobiernos no les inquieta el hecho de que defienden los derechos humanos en otros lugares del mundo para proyectarse a sí mismos como actores globales, mientras que en casa niegan abiertamente las libertades a sus propios ciudadanos? ¿No reconocen esta hipocresía?", se preguntó el alto comisionado. Zeid también se preguntó si los gobiernos que "intimidan, acosan y toman represalias" contra los defensores de los derechos humanos y las ONG que trabajan con los mecanismos de la ONU no se dan cuenta de que esta política "solo confirma a nosotros y al mundo" cuánta opresión e injusticia ejercen en sus propios países.
En línea a las críticas expresadas por EEUU al funcionamiento del Consejo de Derechos Humanos, el alto comisionado asimismo cuestionó si no les avergüenza a los paíseconss señalar con el dedo solo a algunos de los Estados que violan las libertades fundamentales mientras "ignoran a otros". "Con frecuencia una emergencia particularmente crítica exigirá la atención centrada de este Consejo y en esas circunstancias, cuando toma medidas rápidas, hay que alabarlo, pero cuando no lo hace con la urgencia y la amplitud que requiere la crisis, la selectividad se convierte en un veneno que acaba con la credibilidad de este órgano", recalcó Zeid.