El pasado jueves 8 de septiembre, el Palacio de Buckingham anunció el fallecimiento de la reina Isabel II a los 96 años de edad. Ante este suceso que ha dejado conmocionado al mundo entero, la Familia Real Británica ha tenido que poner en marcha todos los protocolos oficiales para una nueva ascensión a la Corona.
Tal y como sigue la tradicional línea de sucesión al trono, el nuevo monarca de la casa real británica es Carlos de Inglaterra, quien a pesar de tener la oportunidad de elegir bajo qué nombre gobernar, ha decidido, al igual que lo hizo su progenitora, mantener su nombradía real, y reinar como Carlos III.
"Hoy la Corona pasa, como lo ha hecho durante más de mil años, a nuestro nuevo monarca, nuestro nuevo jefe de Estado, Su Majestad, el rey Carlos III", desveló la declaración oficial entregada por la primera ministra británica, Liz Truss, ante la residencia oficial de Downing Street.
De esta manera, el soberano de 73 años se ha convertido en el monarca inglés de mayor edad, después de que en 2011 alcanzase el récord que ostentaba Eduardo VII con 59 años, dos meses y 13 días.
Por qué el nuevo Rey ha escogido el nombre de Carlos III para reinar
El primogénito de Isabel II y el duque de Edimburgo, que ha estado destinado a reinar desde los tres años, ha tenido que tomar su primera decisión como soberano escogiendo el nombre bajo el que gobernar.
Teniendo la oportunidad de elegir entre uno de sus cuatro nombres (Charles Philip Arthur George), y cambiar su denominación real, tal y como lo han hecho cuatro de los últimos seis reyes británicos, el nuevo monarca ha optado por mantener el título de Carlos III, aunque sea una designación vinculada a una de las etapas más complicadas de la monarquía británica tras los reinados de Carlos I (1625-1649) y Carlos II (1660-1685).
El reinado de Carlos I (1625-1649)
Nacido en 1600, el primero de los antepasados de Carlos III, era hijo del rey Jacobo I, quien se convirtió en monarca tras el fallecimiento de su prima lejana, Isabel I de Inglaterra (1533-1603), la cual no tuvo descendencia.
Una vez muerto el rey, éste fue sucedido por el segundo de sus hijos, Carlos I, ya que el primero de ellos, Enrique, murió a los 18 años. Y así fue como comenzó una de las etapas más difíciles para la monarquía británica.
Solo la vida amorosa de Carlos I ya trajo consigo una declaración de guerra a España, cuando intentó conseguir la mano de la infanta española María Ana, una joven de la realeza que practicaba el catolicismo en un momento en el que en Inglaterra se había consolidado la iglesia anglicana. Finalmente, se casó a distancia con la princesa Enriqueta María de Francia, quien no estuvo en la coronación de su marido porque se negó a participar en una ceremonia protestante. Con ella, el rey tuvo nueve hijos, además de un infeliz matrimonio.
Por otra parte, las decisiones políticas del soberano sacudían constantemente tanto al parlamento como al pueblo.
Durante once años, Carlos I lideró un gobierno absolutista, con el que provocó la revuelta de la Escocia presbiteriana al tratar de impulsar el culto anglicano. No obstante, la falta de recursos económicos le obligó a convocar un 'Parlamento largo', pero en vez de encontrar apoyos, el organismo político aprovechó para dictar leyes que le privaran de hacer uso de los poderes que había asumido, impidiéndole volver a gobernar de forma absoluta. Esto derivó en una sublevación en Irlanda, detrás de la cual se sospechó que estaba el propio monarca.
El enfrentamiento dio paso a la Guerra Civil Inglesa (1642-1651) en la que Carlos I fue apresado y juzgado por la Corte Suprema de Justicia, que lo declaró un tirano y opositor de los derechos y libertades del pueblo. Finalmente, el nuevo Parlamento condenó al monarca, al que le cortaron la cabeza el 30 de enero de 1649 en Whitehall.
El reinado de Carlos II Inglaterra (1660-1685)
El hijo de Carlos I nació en mayo de 1630. Tras la ejecución de su padre, fue nombrado rey de Escocia como Carlos II en febrero de 1649.
Para contextualizar, cabe destacar que, por aquel entonces, la monarquía había sido abolida y reemplazada por el líder político, Oliver Cromwell, conocido como el 'Lord Protector', por lo que después de la derrota que sufrió Escocia en la batalla de Dunbar, el rey tuvo que huir a Francia y luego a los Países Bajos, hasta 1658, año en el que Cromwell falleció, disparándose así el proceso para la restauración de la monarquía, que culminó con la llegada de Carlos a Londres gracias al al gobernador de Escocia, George Monck.
Durante el mandato de Carlos II sucedieron muchas cosas, entre ellas, la aparición de los dos grandes partidos que se disputarían el poder: los whigs (liberales) y los tories (conservadores).
Abordando el lado más personal del antecesor de Carlos III, se puede señalar que justo dos años más tarde de su proclamación, el monarca se casó con Catalina de Braganza de Portugal. Sin embargo, tuvo muchas amantes, llegando a tener hasta 16 hijos ilegítimos.
La vida de Carlos II terminó en 1685, cuando enfermó gravemente por un ataque de apoplejía a la edad de 54 años. Bajo las sospechas de que fue envenenado, el rey, que se convirtió en el primer católico que reinaba en Inglaterra desde la muerte de María I (1558), falleció sin heredero legítimo, por lo que le tuvo que suceder su hermano menor Jacobo II.
En resumen, 337 años después es lo que ha tardado el trono inglés en ser ocupado por otro Carlos, quien cuenta con una larga trayectoria como príncipe de Gales.