"El proceso de candidatura del cuscús como patrimonio universal es un proyecto común de los países del Magreb. Su montaje está en curso y las reuniones de expertos de estos países se celebrarán próximamente", declaró Hachi a la agencia de noticias oficial argelina APS.
"La candidatura recogerá el carácter ancestral de este plato, varias veces milenario y su transculturalidad, ya que pertenece a varios pueblos. Ha resistido al tiempo y al cambio y ha permanecido auténtico sin ser estático", comentó, por su parte, la investigadora de dicho centro, Ouiza Gallèze.
En Argelia, por ejemplo, el cuscús suele ser la comida típica de los viernes y esta considerado el plato más importante, cocinado a base de sémola de trigo -y accesoriamente de cebada-, acompañado de hortalizas, carne, pollo o pescado.
"Es uno los hábitos alimentarios más importantes del Magreb y viene de una tradición muy antigua", explica Gallèze, quien recordó que el famoso historiador Ibn Khaldoun (siglo XIV) ya lo citó como "componente esencial en la definición del bereber o amazigh".
La investigadora precisó que la fama de este plato saltó la barrera del Mediterráneo y se introdujo en la península Ibérica en el siglo XIII, durante la dinastía bereber de los Almohades, y que "su popularidad se propagó rápidamente" en España y Portugal.
La entrada del cuscús en la lista de la Unesco sería "un medio para fortalecer los vínculos entre los pueblos (del Magreb), en el sentido de que respondan a las mismas tradiciones por las mismas expresiones culinarias", señaló.