Francisco también invitó "a todas las partes encausadas y a la comunidad internacional a renovar su empeño para que prevalezca el diálogo, la justicia y la paz". "Estoy muy preocupado y apenado por el agravamiento de las tensiones en Tierra Santa y en Oriente Medio y por la espiral de violencia que aleja cada vez más el camino de la paz, del diálogo y de las negociaciones", afirmó el pontífice argentino.
Asimismo, expresó su dolor por los muertos y heridos y aseguró su cercanía con la oración y el cariño a todos los que sufren. "Reitero que el uso de la violencia nunca lleva a la paz. La guerra llama a la guerra y la violencia llama a la violencia", advirtió.
Y exclamó: "Dios tenga piedad de nosotros", tras rezar un Ave María. También deseó que el tiempo del Ramadán, el mes santo para los musulmanes, que se inicia mañana, ayude a "caminar por el camino de Dios que es el camino de la paz". Francisco se refirió así a la situación que se vive en la frontera de Gaza donde al menos 60 palestinos han muerto y hay más de 2000 heridos en la respuesta israelí a las manifestaciones contra el traslado de la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén.
Aunque Francisco no se refirió a la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de trasladar la sede diplomática de Tel Aviv a Jerusalén, en otras ocasiones había expresado su preocupación y había defendido el statu quo de Jerusalén, conforme a las pertinentes resoluciones de la ONU.