En un encuentro con los estudiantes del Instituto Episcopal Gregorio Barbarigo de Padua en el salon de Pablo VI, el Pontífice ha invitado a los jóvenes a no ceder a compromisos y mediocridades, sino a ponerse al servicio de los demás, con pasión y valor.
A preguntas de los alumnos, el Papa les ha animado a mantener el "entusiasmo juvenil" y a "mirar con alegría el futuro".
Además, Francisco ha recordado que "la vida es un diálogo continuo", que requiere relación con la familia, los amigos y los educadores. En este sentido ha destacado el papel especial que deben tener los abuelos, que no son "aburridos" y pueden ayudar a los jóvenes a no ser "líquidos".
Durante el encuentro, el Papa ha compartiendo con los jóvenes algunos recuerdos de la infancia, como el trabajo realizado durante las vacaciones de verano, cuando tenía trece años, por sugerencia de su padre.