El Papa llega a Colombia donde realizará una visita pastoral de cinco días
Colombianos procedentes de todas las regiones del país se han agolpado a lo largo de los 15 kilómetros de la calle 26 de Bogotá, también conocida como Avenida El Dorado, con el propósito de esperar al papa Francisco, que esta tarde comenzará su primera visita al país.
El papa Francisco ha llegado a Bogotá para una esperada visita pastoral de cinco días a Colombia que incluye, además de la capital, las ciudades de Villavicencio, Medellín y Cartagena. El avión que transporta al pontífice, un Airbus A330 de Alitalia, aterrizó a las 16.10 hora local (21.10 GMT), veinte minutos antes de lo previsto, en la base aérea de Catam, anexa al aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá, donde le espera el presidente Juan Manuel Santos.
Colombianos procedentes de todas las regiones del país se han agolpado a lo largo de los 15 kilómetros de la calle 26 de Bogotá, también conocida como Avenida El Dorado, con el propósito de esperar al papa Francisco, que esta tarde comenzará su primera visita al país.Desde el mediodía la siempre caótica arteria vial de la capital colombiana empezó a recibir a los creyentes que se instalaron en el que para ellos es "el mejor lugar" para ver el paso de Francisco en el papamóvil. El recorrido, que durará una hora aproximadamente y que espera congregar a un millón de personas, conducirá al sumo pontífice desde la sede del Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM), en donde aterrizará el avión de Alitalia en el que se viaje, hasta la Nunciatura Apostólica, en donde pernoctará.
Para garantizar la seguridad, este miércoles en la calle 26 no hay la ya tradicional congestión de vehículos particulares y taxis ni tampoco circulan los autobuses del sistema masivo de transporte Transmilenio. En cambio, por los cuatro carriles de la autopista se mueven como hormigas cientos de colombianos que, con el paso de las horas parecieran multiplicarse.
Entre ellos está Nohora Delgado, una bogotana de 79 años que no dudó en madrugar junto a tres amigas para ubicarse "estratégicamente" y poder así "tomar fotos y recibir la bendición del santo padre". Armada de un cojín para sentarse, una capa para la lluvia, agua y algunas golosinas, la mujer aseguró esperar con ansias el arribo del papa, programado para las 16.30 hora local (21.30 GMT). "Este es el segundo papa que veo.
El primero fue Juan Pablo II y me alegra que justo en este momento tan importante para la historia de Colombia tengamos el honor de que nos visite su santidad Francisco", aseguró Delgado. Lo mismo piensa Horacio González, un comerciante de la ciudad de Neiva (sur), que viajó cinco horas para poder disfrutar de lo que considera "un momento único en la vida", acompañado de su novia y portando ambos un rosario hecho en plata. Para el hombre, de 30 años, que se confiesa "fiel seguidor de las costumbres católicas", que el obispo de Roma haya elegido a Colombia para visitarla tiene un profundo significado.
"Creo que es un honor para los colombianos que él haya decidido venir y apoyar la paz que estamos tratando de consolidar con los diferentes grupos armados, por lo que todos deberíamos de entender ese mensaje y apostar por un cambio colectivo", dijo González.
Ciudadanos procedentes de Nariño, una región del sur del país de una arraigada creencia católica, también hacen presencia en la calle 26 como muestra de que "cuando del amor a Dios se trata no hay diferencia alguna". Aquí, indicó Mónica León, natural de la capital nariñense, Pasto, "todos somos colombianos y queremos lo mismo: Que el papa Francisco nos bendiga".
Mónica y dos miembros más de su familia llegaron ayer a Bogotá tras más de 16 horas de viaje por carretera. Para ella "no importa el cansancio, que es mucho, porque cumplimos la promesa de estar en Bogotá que le hicimos a Nuestra Señora de Las Lajas", una advocación mariana venerada en el santuario del mismo nombre y ubicado en la ciudad de Ipiales (sur).
Del mismo modo, Astrid Arrieta, natural de Sahagún, municipio del departamento de Córdoba (norte), se instaló desde horas de la mañana en uno de los separadores de la avenida, ataviada con pantalón blanco, camiseta con la imagen del papa, zapatillas deportivas y sombrero. Para ella, "que el sucesor de Pedro venga a Colombia tiene como objetivo enviar un mensaje fuerte y claro a los feligreses latinoamericanos y es que debemos cuidar la iglesia"