Son al menos 21 los muertos, aunque se teme que serán decenas, que ha provocado el seísmo de 6,0 grados en la escala abierta de Richter que ha sacudido las provincias de Rieti, Ascoli Piceno y Perugia, y que ha destruido casi completamente localidades como Amatrice, Accumuli y Pescara del Tronto.
Francisco decidió suspender su habitual catequesis para expresar su "dolor y cercanía a todas las personas que se encuentran en las zonas afectadas y a todas las personas que han perdido a sus seres queridos y a las que aún se sienten conmocionadas por el miedo".
A los presentes les explicó que está muy dolido al haber escuchado que "el pueblo de Amatrice ya no existe y al pensar que entre los muertos hay muchos niños". Entonces explicó que no pronunciaría su catequesis y les invitó a rezar.
Después se leyó un mensaje en diferentes idiomas en el que el papa se dirigía a los habitantes de las zonas afectadas, y en el que aseguraba su oración y les decía "que confíen en la caricia y el abrazo de toda la Iglesia y que en estos momentos desea abrazarlos con su amor materno".
Luego, el Papa y todos los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro rezaron el rosario.