París instalará la primera 'minicasa' transportable para refugiados de arquitectos españoles
Son una solución económica y ecológica en materia de vivienda a la acogida de refugiados, pero también un herramienta para su integración. Mañana domingo comenzará en París, en el jardín de una familia de Montreuil, la instalación de la primera 'minicasa' transportable para refugiados, diseñada por cuatro arquitectos españoles.
A Hani Jaber Ávila, Héctor Muñoz Mendoza, Nacho Taus Jiménez y Ricardo Mayor Luque les unió su paso por la Universidad de Alcalá y su interés por la arquitectura social. Esto último es lo que les llevó a idear, junto a la asociación Quatorze, la 'tiny house' para refugiados.
Con esta 'minicasa' su estudio de arquitectura, DAT Pangea, obtuvo la mención de honor del concurso para soluciones de vivienda destinadas a inmigrantes 'From border to home', organizado por el Museo de Arquitectura de Finlandia.
"Sabíamos que tenía que ser una vivienda efímera, utilizada por los refugiados mientras obtienen o no la aprobación; que tenía que poder ser construida por ellos mismos para su integración; y que posteriormente, mediante una aplicación del estilo de Airbnb, la gente podrá ofrecer su jardín para acoger la casa y hospedar en ella a refugiados durante un tiempo determinado", explica Ricardo Mayor Luque, uno de los fundadores de DAT Pangea.
El resultado es una 'tiny house' desmontable, levantada sobre un remolque, de 20 metros cuadrados de superficie y 4,20 metros de altura. Su nombre, 'In my Backyard' (IMBY, 'En mi jardín'), da cuenta de la ubicación para la que está diseñada y por qué tenía que ser transportable.
La 'minicasa' dispone de un altillo-dormitorio con espacio para una cama doble o dos camas individuales -con la posibilidad de que sean dos altillos-, baño y un espacio en la planta baja de 12 metros cuadrados con cocina americana.
"Necesitábamos algo que aunque fuera de dimensiones reducidas nos permitiera una calidad arquitectónica interior y de espacio importante. El resultado, gracias a su altura, es un espacio bastante más rico que el de muchas de nuestras casas a día de hoy", indica Mayor Luque.
Su carácter ecológico es el que permite también fabricarla a un precio muy reducido: cuesta alrededor de 20.000 euros, un precio tres veces menor que el de una 'tiny house' convencional.
Para su construcción se utiliza madera local, tratada posteriormente mediante técnicas japonesas de quemado de la madera, y como aislante se utiliza cartón, "un material muy barato pero que cumple bastante mejor que muchos de los aislantes que se utilizan en la construcción a día de hoy".
Está concebida para ser construida en unas dos semanas por personas refugiadas y trabajadores locales en un 'fablab' -taller tecnológico basados en la economía colaborativa, la producción local y el 'open source', plataformas digitales cuyo software se comparte y se distribuye libremente.-.
La primera vivienda para refugiados de DAT Pangea comenzará a instalarse este domingo en Montreuil, a las afueras de París, en la parcela de Charlotte y Dominic, que desde ese momento se convertirán en anfitriones de una o varias personas refugiadas.
La casa será construida por voluntarios residentes en Francia y Alemania entre los que hay también personas refugiadas e inmigrantes, además de trabajadores locales especializados en carpintería, fontanería o electricidad que compartirán con ellos conocimientos.
Este proyecto piloto ha sido financiado mediante crowdfounding. Al cabo de dos años, pasado el periodo de integración -de ahí también su construcción sobre un remolque-, los hospedadores elegirán entre comprar la 'minicasa' o que esta se traslade al jardín de otra familia anfitriona.
"Detrás de todo esto hay un modelo de integración social", señala el fundador de DAT Pangea, que destaca que los refugiados vivirán con una familia local y se les hará un seguimiento.
'In My Backyard' está pensada para la acogida de refugiados en Francia y Alemania, "donde tiene sentido hablar de casas para refugiados", indica el arquitecto. Pero considera que podría ser también una solución a los problemas de infravivienda que padecen ciudades como Madrid o Barcelona.