Los hechos ocurrieron en Kenosha, en 2018, cuando Kizer tenía 17 años. La joven cogió una pistola y disparó al hombre, Rendall Volar, dos veces. Después quemó el cuerpo y cogió su coche para escapar.
Ahora, los fiscales la acusan de asesinato premeditado por lo que piden cadena perpetua. Ella se mantiene firme en que fue en defensa propia.
Rendall estaba en libertad bajo fianza por contener vídeos de pornografía infantil, entre los que se encontraban una veintena en los que se había filmado abusando de una docena de niñas. Entre las víctimas de las imágenes, las autoridades identificaron a Chrystul Kizer.
La joven no solo fue violada repetidamente por él sino que también la prostituía para quedarse con el dinero.
La defensa de la joven pide que sea absuelta y se ampara en una ley que permite indultar a las víctimas de trata sexual. Sin embargo, los fiscales insisten en la premeditación del delito con el fin de poder robar al hombre su vehículo.