La población albina seguirá en una situación muy frágil mientras imperen las creencias que motivan las mutilaciones y asesinatos en la sociedad tanzana, dijo la relatora especial de la ONU sobre albinismo, Ikponwosa Ero, después de su visita de once días a Tanzania.
Los albinos africanos, que ya se enfrentaban a una situación muy complicada con una esperanza de vida de entre 25 y 30 años, vieron en 2006 cómo los hechiceros tanzanos expandían la creencia de que comerse a un albino puede traer suerte. Desde entonces, se han registrado asesinatos, mutilaciones y secuestros para extraer partes de sus cuerpos para elaborar pócimas.
Como respuesta, el Gobierno tanzano proporcionó refugio temporal a aquellos albinos que temían volver a sus comunidades. En general, Ero constató que las medidas del Ejecutivo contra esta práctica ritual han tenido sus frutos, con un descenso del número total de ataques contra albinos.
Entre las medidas implementadas, la relatora destacó el impulso de un registro oficial de curanderos tradicionales, para diferenciarlos de los hechiceros que llevan a cabo las "prácticas de brujería".
"No obstante, el trabajo de las autoridades no se puede considerar completo puesto que he constatado que, entre la población, existe una gran confusión entre el trabajo de los hechiceros y el de los curanderos tradicionales", reconoció la experta.
Además, apuntó con preocupación que algunas de las escuelas utilizadas como centros de protección para niños con albinismo se han convertido en refugios a largo plazo para estos menores, sin tener los servicios adecuados para atenderlos. Durante su visita, Ero se reunió con altos cargos del Gobierno, miembros de la sociedad civil, oenegés y con albinos y sus familias.