En Brasil la imagen de un caballo blanco lleno de pintadas, desde las patas hasta la cabeza, ha generado una gran polémica después de que Ana Paula Vasconcelos, activista por los derechos de los animales e integrante de la Orden de Abogados de Brasil (OAB), publicara la fotografía en redes sociales.
Aunque la pintura empleada durante una actividad en la Sociedad Hípica de Brasilia es lavable y se trataba de un caballo rescatado, Ana Paula considera que "no es justificación y la crueldad es la misma", según sus propias declaraciones al propio medio 'O Globo'.
La escuela de equitación insiste, por su parte, en que la pintura no era dañina ni para el caballo ni para el menor. "Se ve que el caballo estaba tranquilo, que no estaba estresado", señala, Muriell Marqués, responsable del centro.