Esas últimas informaciones, obtenidas gracias al análisis científico de los restos de cadáveres, elevan al menos a 21 el número de personas implicadas en los atentados de París.
A ello cabe sumar los dos franceses que reivindicaron los atentados desde Siria en nombre de la organización terrorista Estado Islámico (EI).
La investigación también ha podido arrojar luz sobre los movimientos de Abaaoud en París y su periferia, después de que una cámara de vigilancia le situara a las 22.15 horas (21.15 GMT) del viernes en la estación de metro de Croix de Chavaux de la ciudad de Montreuil, limítrofe con París al noreste de la capital.
Eso quiere decir que estaba a escasos 250 metros de donde fue abandonado un Seat León negro con varios kaláshnikov utilizado por uno de los tres comandos terroristas en los atentados que causaron al menos 130 muertos, tras el fallecimiento hoy de uno de los heridos.
Estos indicios hacen pensar a los investigadores que Abaaoud pudo ser el conductor del comando que tiroteó varios bares y restaurantes junto a la parisina plaza de la República, del que formaba parte Brahim Abdeslam, el yihadista que alquiló el coche en Bélgica y que detonó su cinturón explosivo en la terraza de un bar tras el ataque.
Otro posible componente de ese trío es Salah Abdeslam, hermano de Brahim, que todavía se encuentra en busca y captura.
Se cree que Salah Abdeslam fue recogido en la madrugada del viernes al sábado en el norte de París por dos hombres que habían acudido a buscarlo desde Bruselas y que lo llevaron a la capital belga.
Esos dos individuos fueron arrestados por la policía belga, pero el paradero de Salah es todavía una incógnita.
Tampoco se sabe aún qué hizo el cabecilla de los ataques desde la noche del viernes hasta la madrugada del martes, cuando se lanzó el asalto contra el escondrijo de los terroristas que, según las autoridades francesas, estaba preparado para atentar.
Además de abatir a tres yihadistas en el asalto, en el que participaron un centenar de agentes de las fuerzas especiales que descargaron más de 5.000 municiones contra el apartamento, la policía detuvo a otras ocho personas, cinco en el edificio y tres más en las inmediaciones, cuyo papel aún está por determinar.
Entre los muertos identificados se cuenta Hasna Aitboulahcen, una mujer de 26 años nacida en Clichy-la-Garenne que, como muchos de los terroristas islámicos con pasaporte francés, proviene de una familia desestructurada, hogares de acogida y trapicheos callejeros.
Cuando se radicalizó, cambió el vodka por el "niqab" y comenzó a glorificar en las redes sociales los crímenes con sello islamista y a asegurar que viajaría a combatir a Siria.
No se sabe todavía si llegó a emprender el viaje o si los terroristas prefirieron mantenerla en Francia a la espera de recibir órdenes para atentar contra sus conciudadanos en el peor ataque terrorista registrado nunca en territorio francés.
La investigación deberá determinar ahora quién es el tercer yihadista abatido en Saint Denis, al parecer un hombre, y cuál fue el papel de los ocho detenidos en la operación.
Cinco de ellos compartían refugio con los fallecidos mientras que otros tres parecen ser el propietario de la vivienda y dos conocidos suyos.