Los manifestantes se reunieron en el céntrico parque Güvenpark de la capital turca, pero la policía intervino con blindados, cañones de agua a presión, gas lacrimógeno y balas de plástico, informa el diario turco Evrensel. Los agentes rodearon el parque y detuvieron a al menos 47 personas, de las que 17 fueron trasladadas al centro antiterrorista de la policía, agrega el citado diario.
La manifestación se había convocado en apoyo a Nuriye Gülmen y Semih Özakça, dos profesores que fueron despedidos en otoño pasado de sus puestos por decretos gubernamentales que les atribuían vínculos con grupos ultramarxistas. Bajo el estado de emergencia declarado tras el fallido golpe militar del verano pasado y prorrogado el lunes pasado otros tres meses, todo empleado público puede ser despedido con efecto inmediato, sin posibilidad de recurrir a la justicia.
Cerca de 140.000 funcionarios públicos turcos, entre ellos más de 7.000 académicos, han sido despedidos de sus empleos mediante este tipo de decretos, la gran mayoría bajo la acusación genérica de vínculos con la cofradía del predicador Fethullah Gülen, a la que el Gobierno turco atribuye la asonada.
Gülmen, profesora universitaria, y Özakça, maestro de colegio, empezaron una sentada en Ankara para pedir reincorporarse a sus trabajos, y ante la falta de respuesta institucional iniciaron una huelga de hambre en marzo, durante la cual se alimentan únicamente de agua con sal y azúcar, así como vitamina B1.
El 22 de mayo, ambos fueron detenidos y enviados a prisión preventiva. En los últimos dos años, y especialmente desde la proclamación del estado de emergencia, las autoridades turcas no autorizan prácticamente ningún tipo de concentración, marcha, protesta o manifestación de grupos ciudadanos opositores.