La pérdida de hielo en Groenlandia y la Antártida se ha quintuplicado desde 1992 y ahora es responsable de una cuarta parte del aumento del nivel del mar, según un informe publicado este jueves por la Agencia Espacial Europea (ESA).
En ambas regiones, las capas de hielo polar perdieron unos 7,5 billones de toneladas de hielo, entre 1992 y 2020, lo que equivale a un cubo de 20 kilómetros de lado, señala el informe del llamado Ejercicio de intercomparación del balance de masas de los casquetes glaciares (Imbie).
Estos registros son muy usados por el Panel internacional sobre cambio climático (IPCC), entre otros organismos, para comprender la crisis climática y buscar la forma de responder ante ella.
Los satélites empezaron a registrar en 1992 los datos de deshielo y los mayores índices se han producido en la última década. Su punto álgido fue, hasta ahora, en 2019, cuando Groenlandia y la Antártida perdieron "la asombrosa cantidad" de 612.000 millones de toneladas de hielo, informó la ESA.
Aquella situación se produjo por una ola de calor estival en el Ártico, que provocó una pérdida récord de 444.000 millones de toneladas de hielo de Groenlandia.
En la Antártida la disminución fue de 168.000 millones, debido a la continua aceleración de los glaciares de la Antártida Occidental y al deshielo récord de la Península Antártica, mientras la capa de la Antártida Oriental se mantuvo cerca de un estado de equilibrio, como ha ocurrido durante toda la era de los satélites.
El nivel del mar ha subido, debido al deshielo, 21 milímetros desde 1992. Groenlandia es responsable de casi dos tercios (13,5 milímetros) y la Antártida del otro tercio (7,4 milímetros). A principios de los noventa, la fusión de las capas de hielo solo representaba una pequeña fracción (5,6 %) del aumento del nivel del mar, pero el deshielo se ha quintuplicado desde entonces, y ahora son responsables de más de una cuarta parte (25,6 %).
Si las capas de hielo siguen perdiendo masa a este ritmo, el IPCC predice que contribuirán entre 148 y 272 milímetros al nivel medio global del mar a finales de siglo.
La responsable del estudio del Imbie, Inés Otosaka, de la Universidad de Leeds (Reino Unido) destacó que las pérdidas de hielo en esas dos regiones han aumentado tan rápidamente a lo largo del registro de los satélites que “ahora es uno de los principales responsables de la subida del nivel del mar”.
La vigilancia continua de las capas de hielo es, según la experta, “fundamental para predecir su comportamiento futuro en un mundo que se calienta y adaptarse a los riesgos asociados a los que se enfrentarán las comunidades costeras de todo el mundo".
Los científicos utilizan datos de satélites como CryoSat de la ESA y Copernicus Sentinel-1 de la Unión Europea para medir los cambios en el volumen y el flujo del hielo, así como satélites que proporcionan información sobre la gravedad, para calcular cuánto hielo se está perdiendo.