Después de 13 meses en cárceles tailandesas, Daniel Sancho se va haciendo una idea de lo que es la vida entre rejas, tras asesinar y descuartizar al cirujano colombiano Edwin Arrieta. Hasta conocer la sentencia el pasado 29 de agosto, permaneció en prisión provisional. El juez consideró que Sancho cometió asesinato con premeditación y lo condenó a cadena perpetua. Una pena que le obligará a pasar toda la vida en prisión, aunque se libró de la pena de muerte, que es legal en el país asiático.
Cuando se conoció la sentencia, lo trasladaron a una de las prisiones más peligrosas del mundo, Surat Thani. Actualmente se encuentra en el módulo número 6, un procedimiento por el cual se los presos se acostumbran a las condiciones infrahumanas que vivirán cuando sean trasladados oficialmente a la cárcel con los demás presos.
Esa cárcel se caracteriza por los problemas con la alimentación, las enfermedades, las peleas y las violaciones. Además, las celdas, de aproximadamente de cuatro metros cuadrados, acogen hasta 30 presos.
La lista de peticiones de Daniel Sancho para su nueva vida en la cárcel
Sancho ha pedido al Consulado de España cosas curiosas como seis pares de guantes de boxeo, un protector bucal, protectores de pecho y espinillas, un libro de inglés para aprender tailandés y unos tapones para los oídos.
El material de boxeo solicitado responde a las prácticas de un deporte más seguido en Tailandia y que Daniel practica.
A pesar de las peticiones realizadas, no será fácil que se las concedan, puesto que los funcionarios quieren evitar cualquier tipo de discriminación.
Una posibilidad para que finalmente obtenga este material sería que el chef español las compartiera con sus compañeros en la cárcel, algo que parece muy complicado.