El príncipe Harry, nieto de la reina Isabel II, y Meghan Markle fueron declarados marido y mujer por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, a las afueras de Londres.
Meghan Markle , de 36 años, viste un elegante y sobrio vestido blanco y un largo velo sujetado por una tiara, que ha sido diseñado por la británica Clare Waight Keller, de la casa francesa Givenchy. La novia adornó su cabeza con una tiara de diamantes, prestada por la abuela del príncipe Enrique, la reina Isabel II.
Markle entró a la capilla de San Jorge acompañada por los diez niños que ejercían de pajes y damas de honor, entre ellos el príncipe Jorge, de 4 años, y la princesa Carlota, de 3.
La novia sujetaba un sencillo ramo de flores, y, a mitad del recorrido, el heredero al trono británico, el príncipe Carlos, la cogió del brazo para acercarla hasta su hijo y futuro esposo, el príncipe Enrique.
A su llegada al altar, el nieto de la reina Isabel II le dijo a su novia que se veía "espectacular", a lo que ella contestó con una amplia sonrisa.
Se trata de la segunda boda para la exactriz estadounidense, quien estuvo casada de 2011 a 2013 con el productor Trevor Engelson.